Imagen e identidad digital




Cuando el usuario utiliza los servicios de la Web 2.0 va creando respecto a su actividad un conjunto de atribuciones que conforman su identidad digital.
Hasta ahora, esa identidad la conformaban el nombre y apellidos, un número de identificación personal y, a lo sumo, una dirección física. Hoy en día, la identidad digital conlleva además imágenes, registro, noticias, comentarios... que conforma una descripción de esa persona. Está formada por:

  • Datos formales: aquellos que nosotros ponemos de forma consciente. Por ejemplo, la descripción que hacemos de nosotros en los perfiles, los datos que damos de forma consciente definiéndonos a nosotros mismos.
  • Datos informales: aquellos datos de nosotros mismos que están en la red sin que nosotros seamos conscientes de que lo estamos dando. Las fotos son una fuente poderosa de datos informales. Por ejemplo, si publicamos fotos del entorno dónde vivimos, de dónde vamos de vacaciones, de nuestros amigos, estamos dando información de donde vivimos, de nuestro nivel de vida, de nuestras aficiones.
  • Datos reales:  los datos que hay y que son ciertos.
  • Datos imaginarios: datos que pueden venir de datos erróneos y datos que pertenecen a la imaginación del que analiza nuestros datos. Hay un aspecto muy importante a tener en cuenta en la red es que los datos están muchas veces descontextualizados (rara vez sabemos el contexto o de forma más precisa, rara vez nos interesamos por el contexto). 

Sin duda, cada momento que pasamos en la red, estamos dejando rastro de lo que hacemos. Si visitamos páginas de fotografía dejamos entrever nuestros gustos y aficiones. Si entramos a una red social y participamos, lo queramos o no, estamos dejando nuestra opinión sobre gran cantidad de aspectos. Si revisamos las páginas por las que navegamos, estas generan mucha información sobre lo que nos apasiona o nos preocupa.
Las características de la identidad digital son las siguientes:

  • Es esencialmente social: los demás la ven.
  • Es subjetiva: basadas en la experiencia.
  • Es valiosa: como cualquier información de la persona.
  • Es referencial: siempre proviene de una persona.
  • Es compuesta: formadas por nosotros mismos y por terceros.
  • Produce consecuencias: efectos y posibles amenazas.
  • Es dinámica: cambiante según el tiempo.
  • Es contextual.


Si el uso de los servicios on line de la web 2.0 conforman la identidad digital, el modo en  que se utilicen conformarán la Reputación on line. Esta reputación on line no es tanto lineal sino acumulativa. No gana ni pierde solidez con el tiempo pero sí que deja rastros almacenados y reutilizables  hasta el infinito. Cada persona se vuelve susceptible de ser localizada, indexada, copiada y alcanzando una elevada difusión.

Podemos entonces afirmar que todos tenemos una identidad on line, en mayor o menor medida, siendo muy importante la gestión que hagamos de ella






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